martes, 15 de noviembre de 2016

Otra maravilla natural: las Cataratas del Iguazú.


Después de lo que llevamos visto, recorrido y vivido en este viaje, llegar a Iguazú es como entrar de nuevo en la civilización y entrar a formar parte de un tipo de viaje muy diferente del que hemos hecho hasta ahora. Y no es porque el Parque Nacional del Iguazú no tenga precisamente una naturaleza salvaje, poderosa e impactante, que la tiene, sino porque, a pesar de encontrarse en un lugar bastante alejado de todo, en la triple frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina, se ha convertido -desde hace mucho- en un destino turístico de primer orden y, viniendo del Amazonas, la verdad es que visitar las cataratas casi en fila india detrás de miles turistas con los que tienes casi que pelearte para hacerte una foto, es duro de pelar. Pero ¿cómo íbamos a marcharnos de Sudamérica sin ver otra vez esta maravilla, este prodigio natural que te deja con la boca abierta a cada momento? Así es que nada, a concentrarse, a hacer como que no hay turistas y a disfrutar del espectáculo.
Como volamos desde Manaos a Foz de Iguazú, nosotros vimos las cataratas en primer lugar desde el lado brasileño. El recorrido es más corto y menos exigente, quizás menos impresionante también, pero a cambio brinda la posibilidad de contemplar las caídas de agua como si de un decorado de teatro se tratara, como un telón de fondo hipnotizante que te pasarías contemplando horas y horas, enmudecido ante tanta belleza. Las instalaciones brasileñas cuentan, además, con una pasarela que va literalmente por encima de una gran caída de agua y que ofrece una vista panorámica y lejana de la garganta del diablo, el plato fuerte del Parque Nacional, aunque desde donde más se disfruta de este paraje es desde el lado argentino.
En Foz de Iguazú ya está todo preparado para la Navidad, a pesar de que el calor es sofocante, la gente toma litros y litros de cerveza en las terrazas de los bares y consume helados de asaí a espuertas. No es nada complicado moverte desde aquí a Argentina, pues un autobús público hace el trayecto cada media hora. Solo hay que bajarse en inmigración para sellar la salida de Brasil, tomar el siguiente autobús que pase, volver a bajarte en inmigración para sellar la entrada en Argentina y continuar hasta Puerto Iguazú. Parece mucho, pero en realidad los trámites son sencillos y rápidos.
Encontramos Puerto Iguazú muy parecido a cuando estuvimos aquí hace once años, en el 2005. La vida del pueblo gira en torno al Parque Nacional y al turismo, pero nos ha parecido también que el pueblo tiene vida propia, una vida marcada por la mezcla y la convivencia continua de argentinos y brasileños, de hecho en cualquier sitio se puede pagar tanto en pesos argentinos como en reales brasileños, las dos lenguas se oyen a la par y la gastronomía es una combinación de los típicos asados argentinos con las picanhas brasileñas, al fin y al cabo, ternera a la brasa, que nosotros no solemos comer nunca en España, pero que las dos veces que hemos venido aquí nos ha parecido exquisita. Yo creo que influyó también, y mucho, la saturación que traíamos de arroz y pollo y de pollo y arroz de los barcos amazónicos.
La visita a las cataratas desde el lado argentino exige, como mínimo, una mañana entera y parte de la tarde, pues el recorrido es largo y ya que estamos aquí no queremos quedarnos nada sin ver. Después de casi un mes montados en barcos en los que no teníamos prácticamente nada de espacio para movernos, este día nos dejó al borde de la extenuación, simplemente por la tremenda caminata. A las ocho de la mañana ya estábamos en la taquilla y ya había cola para entrar. Así es que imaginaos las hordas que estábamos allí metidas. Fuimos primero hasta la Garganta del Diablo, aprovechando que hacía sol y temiendo que pudiera nublarse más tarde, pues el tiempo aquí es muy cambiante. La visión de la Garganta es muy difícil de describir, pues debe de ser uno de los rincones más bellos de nuestro planeta. De hecho está declarado Patrimonio Natural de la Humanidad. Es un agujero inmenso, un precipicio por el que se disparan hacia abajo, en una caída vertiginosa de 80 metros, toneladas de agua del río Iguazú, formando un estruendo que nos habla de una naturaleza salvaje, poderosa e indómita. Es muy bello, pero al mismo tiempo pavoroso; te atrae y a la vez te infunde un gran respeto. Por lo demás, el lado argentino es muchísimo más completo, tiene un montón de senderos, pasarelas, perspectivas distintas, muchas gargantas y saltos de agua espectaculares... Vamos, que hay que verlo todo, desde ambos lados, porque si no sientes que te estás perdiendo algo muy especial.
El hecho de que las Cataratas de Iguazú figuren entre las siete maravillas naturales del mundo es de justicia, algo simplemente obvio. Igual de obvio y de justo como que en ese listado también aparezca la Amazonía. Esto último casi nos llega todavía más al corazón.


















13 comentarios:

  1. Coro y Julio, me he leído las tres entradas en la misma noche y me quedan ganas de más. Que tengáis un buen final de viaje. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Coro y Julio, me he leído las tres entradas en la misma noche y me quedan ganas de más. Que tengáis un buen final de viaje. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María, muchísimas gracias por leernos. Se nota que eres una buena lectora y que te gustan las aventuras. Para nosotros es un placer contaros todo esto. Un abrazo grande.

      Eliminar
  3. ¡Qué maravilla! Menudas fotos,me dan ganas de teletransportarme allí con vosotros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaaaaaa, compi! Qué alegría y qué sorpresa! Me encanta que leas el blog y que te guste. Muchas gracias. Nos vemos dentro de nada. Besazos.

      Eliminar
  4. Bueno, chicos no sé qué deciros, me han parecido maravillosas las entradas del Amazonas, me han dejado mudita. Supongo que estar en esa otra zona debe haber supuesto un choque considerable. Espero que sigáis disfrutando en la recta final. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Pues sí, Vega, ha sido un cambio grande. Yo me he pasado varios días soñando con el río y me despertaba creyendo que seguíamos allí. Y te aseguro que los sueños no eran de pesadilla. Pero te cuento que, cuando te adentras un poco en la historia de esta zona del Iguazú y del Paraná, donde vivió la cultura guaraní, hoy prácticamente extinta, vuelves a toparte de frente con una historia desoladora. Te invito a ti y a todos los que nos leéis a que volváis a ver la película La Misión. Está rodada en las cataratas y sale la Garganta del Diablo. Pero, además, nos refresca la memoria. Y eso siempre es bueno. Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  6. Hola Julio y Coro,
    Soy Itziar. Hacía mucho que no me ponía en contacto, y no será por no pensar en vosotros. Cada semana Carlos y yo decimos varias veces: tenemos que mandarles un audio!! ¿cómo estarán? Y siguen pasando y seguimos sin sentarnos a hacerlo.
    La vuelta ha sido algo más ajetreada de lo esperado.
    Qué maravilla ver lo bien que estáis, disfrutad del último tramo del viaje, gozad cada minuto.
    Os mando un abrazo enorme, y os prometemos, de verdad, un audio en condiciones!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Itziar! Qué alegría y qué sorpresa. Eso es lo que tiene la vuelta a la vida real, que hay que ocuparse de demasiadas cosas que no siempre nos dejan tiempo para lo que de verdad nos apetece. Bueno, ya ha empezado la cuenta atrás. Acabamos de llegar del Chalten. Nos han hecho unos días de escándalo y hemos podido hacer las marchas con un tiempo excelente. Nos hemos acordado mucho de vosotros y hemos comentado que para vosotros esas caminatas serían pan comido. Cuando estemos en casa hablaremos tranquilamente. Gracias por escribir. Un abrazo grande para los dos.

      Eliminar
  7. ¡Feliz última parte de esta travesía mágica a los amigos-personajes de esta mágica aventura! os esperamos con ilusión para abrazaros y sentiros aquí de carne y hueso, mil besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Ángela. Intentamos vivir cada día intensamente, como si esto no se fuera a acabar nunca. Hoy precisamente me he dado cuenta de que no queda ni una semana! Esos abrazos de los que hablas harán el regreso mucho más fácil. Besos y más besos.

      Eliminar
  8. Vuestro disfrute es también el mío. ¡ Como disfruto estas lecturas y estas fotos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, guapa. Me encanta que te guste. Si luego en los recreos me notas un poco autista, ya sabes dónde tengo la mente. Un abrazo grande.

      Eliminar